19/02/2014
La ciudad frente a mí
Emilia había dejado a su novio de
todo la vida y por indicación de su madre se había prometido al hijo de los
Martínez-Carrión, nobles de vieja cuna, y el terrateniente más importante de la
comarca. El antiguo novio, Antonio, miró desde el otro lado de la acera la
iglesia y la salida de la novia, y le deseó buena suerte.
Emilia nunca olvidó aquella
aciaga noche de bodas, cuando su marido Alfredo Martínez-Carrión, le dijo
impotente ante las lágrimas de su mujer: