28/03/2014
Deseos humanos (1954)
Pintura: Magritte
Hace tres años, cuando el ejército
reclutó a Lucio para la guerra en la selva, algunos comentaron en broma que
llegaría a coronel. Ya pasados esos tres años Lucio volvió a su pueblo de
nuevo. La gente que le vio bajar del camión de su amigo Luisito Krupp, lo
observó más tranquilo, más apacible y aunque llevaba el petate militar iba
vestido con ropas de civil. No todos están de acuerdo en que hacía gestos para
llamar la atención en un deseo secreto de ser reconocido. Se mostró afable con
los que una vez en el bar bromearon con su vuelta y todos dieron por sentado
que se incorporaría a la empresa como conductor de camiones.
Otros dicen que no fue primero al
bar, sino que acompañando a su amigo a las oficinas de la empresa, se encontró
con Ramírez, antiguo compañero de trabajo. Hablaron de la nueva situación
laboral de éste; después de los deseos de Lucio de incorporarse inmediatamente
a su trabajo de conductor, pasaron luego otra vez a Ramírez, de su ascenso como
encargado del almacenamiento de mercancías, -cuya responsabilidad me impide
atender a mi esposa con la atención debida- comentó con una sonrisa de
satisfacción y por lo que Lucio supo que se había casado. Se desearon buenas
suerte.
Aunque algunos opinaron que Lucio
fue primero a las oficinas y después se encontró con Ramírez. Todos están de
acuerdo, y no ponen objeciones, que se fue a vivir a casa de Luisito Krupp que
lo tenía a media pensión. Allí años ha había vivido con el matrimonio y la hija
de éste.
Dicen que, cuando encontró a
Felisa en la casa; miró con nuevos ojos a la que dejó como niña y ahora era una
espléndida mujer. Y preguntó en tono complaciente a los padres:
-¿Aún puedo besar a Felisa?
A lo que contestó ella más que
complacida:
- Es a mí a quien tienes que pedir
permiso-.
Todos están de acuerdo que fue al
día siguiente de llegar a Prades del Camino, cuando Lucio, salió como conductor
sustituto de Luisito Krupp hacía la capital. En los tramos de autovía en que
condujo, puedo experimentar una conducción mucho más fácil de la que recordaba
con los antiguos camiones -era un acierto de la empresa la compra de los
camiones "Hiro Ito"- ya que la dirección asistida y el embrague
automático convertían el manejar aquel monstruo de quinientas toneladas y
cuatro ejes de arrastre en un placer de feria. En la capital Luisito Krupp
siguió ruta de cinco jornadas con otro ayudante, dejando al
"aprendiz" que volviese a casa. Y Lucio prefirió volver a Prades del
Camino esa misma noche en el tren nocturno, conocido como "estrella",
hasta que le encargasen un transporte como conductor titular. Tuvo la
oportunidad de haber vuelto con un camión de la empresa, pero prefirió volver
en tren -para tener las piernas sueltas- y que un amigo prometió conseguirle
una litera en uno de los confortables compartimento de preferente del tren que
ese día iba medio vacío.
Ya en el tren, esperó a que le asignaran un
compartimento, permaneciendo en la plataforma contigua a la zona de preferente
del convoy fumando un cigarrillo. Hay
unanimidad que una hermosa mujer procedente de la zona preferente, buscando la
proximidad del cuerpo con la de él, le preguntó a Lucio por el bar y éste se
ofreció a acompañarla; dicen que coquetearon e incluso que Lucio se atrevió a
besarla en algún momento del trayecto; ella no le impidió el beso, pero dio por
terminado el encuentro. También hay coincidencia en que el bar a esa hora no
estaba abierto, por lo que la mujer dejó al libidinoso Lucio en la plataforma
del vagón cerrado y sin despedirse mostró que no quería ser acompañada.
Cuando Lucio al cabo de unas
horas, ya avanzada la madrugada, bajó del tren en la estación de Prades del
Camino vio salir de entre la bruma a Ramírez con la bella mujer del tren, que le
fue presentada por éste:
- Es mi esposa Andrea Angélica-.
Dicen que Lucio mantuvo lo mejor
que pudo la compostura y que ella sin pestañear amagó una media sonrisa de
saludo. En casa de Luisito Krupp preguntó a Felisa por la señora de Ramírez:
- Es una mujer muy hermosa, ¿por qué
te interesa?
- Me pareció una mujer muy joven
para él-.
- ¿Qué tienes en contra de las
jóvenes que se casan con personas mayores que ellas?
Todos coinciden que fue en casa
de los Krupp donde Lucio tuvo noticias de que en el tren "estrella"
que hacía el trayecto de la capital a Prades del Camino fue muerto, apuñalado,
el consejero del Banco Nacional, licenciado Roberto Alves; al parecer la
motivación del asesino fue el robo. La noticia, se destacaba con grandes
titulares en el periódico que trajo la señora Krupp, los detalles se perdían en
el texto de la publicación, se barajaba como posible móvil el robo, dado que habían desaparecido la cartera y otros objetos
personales del finado.
Consta en los expedientes
judiciales del momento que la investigación se centró en Lucio y el jefe de tren
como testigos. El jefe de tren dijo que la única persona que vio en la
plataforma de vagón preferente era Lucio, y éste afirmó haber visto a una
pareja. Pasaron delante de él todos los pasajeros del convoy. Cuando tuvo
enfrente al matrimonio Ramírez dicen que dudó pero la mirada de súplica de
Andrea Angélica le conmovió. Hay quien supone que no quiso hacer daño a aquella
mujer o mejor que no quiso romper un matrimonio por un malentendido.
Acabado el juicio, Lucio pensando
en los acontecimientos que había vivido encontró -no todos están de acuerdo-,
por casualidad, a la salida de un bar cercano a la Audiencia Penal, a Ramírez
borracho y a su esposa que lo sostenía. Se ofreció a ayudarla a llevar al
gigante de su esposo a casa. Una vez en la casa de ésta y el marido acostado le
preguntó por lo sucedido:
- No podrá negar que salía del
vagón del crimen, aunque consta que tenían pasaje de segunda clase-.
Todos dicen que Lucio estuvo
calmado, que contuvo la sensación de haber sido engañado. Ella se explicó:
- Había ido al compartimento del
licenciado Roberto Alves para darle las
gracias por haber mediado para que mi marido recuperase su trabajo. Cuando
entré me lo vi horriblemente apuñalado y sin vida. Salí muy nerviosa-.
- No me pareció especialmente
nerviosa. No gritó ni llamó al jefe de tren-. dijo Lucio.
- Quizás tuve un comportamiento
un tanto ligero con usted. Pero tengo un miedo terrible de mi esposo. Si
hubiese sabido que había estado en el compartimiento del señor Alves hubiese estallado en un ataque de
celos; el señor Alves fue mi jefe antes de casarme. Mi matrimonio no va bien.
Mi marido es muy agresivo cuando está celoso-.
Andrea le enseñó las cicatrices
de los muchos golpes que había recibido. El desamparado de la mujer despertó un
instinto de protección que le surgía ante los maltratados y las injusticias.
Pero también entendió que era ella la que debía poner remedio. Era una mujer
adulta y capaz de tomar decisiones.
Según dicen llegó a casa de
Luisito Krupp con la chaqueta mojada por las lagrimas de la mujer. Felisa
preguntó por la humedad de la solapa y Lucio respondió que era fruto de haberse
acercado a beber en una fuente.
Se comentó, ahora lo
relacionaban, que las vidas de Lucio y Ramírez siguieron rumbos divergentes.
Mientras que Lucio salía a escondidas a encontrarse con la mujer de éste y
aprovechaban los transportes a la capital para encontrarse en un hotel, Ramírez
deambulaba borracho por Prades del Camino. Lucio afianzó la ruta a la capital,
mientras Ramírez cada día estaba más cerca de que lo despidieran de la empresa.
Un día como tantos otros Andrea
llamó a casa de los Krupp, cogió el teléfono Felisa que con gran dolor veía esa
relación con desagrado. Dio recado: Andrea pedía que se la llamara
urgentemente. Lucio estaba pensativo, melancólico, preocupado. Felisa que
sufría por él le dijo:
- No hay duda de que la señora
Ramírez es guapa. ¿Estás enamorado de ella?
- Es una pregunta muy personal.
¿Tú cómo sabes que tenemos una relación?
- Es un pueblo muy pequeño. Y
aunque pienses que haces las cosas en secreto no es así. Es una mujer casada.
¿Piensas irte a vivir con ella, sabes si es una buena mujer?
- ¿Eso cómo se sabe?
- Por la forma de querer. Siempre
pensé que deseabas una vida tranquila, un hogar acogedor. No una pasión
incontrolada. Cuídate, Lucio. Hay mujeres buenas y no son difíciles de
encontrar.
Todas las fuentes constatan la
situación y están de acuerdo: la llamada de Andrea era de desesperación, le
pedía que fuera a su casa, que su marido, como siempre, estaría en el bar
jugando y bebiendo. Los detalles no están claros pero las motivaciones sí. Lucio
se presentó en la casa de Andrea y ella le dijo:
- Han despedido a Ramírez, vamos
a vender la casa y nos vamos a ir del pueblo. Tienes que hacer algo para
impedirlo si me quieres. Si me voy con Ramírez no sé qué será de mí, soy
capaz...
- No pienses en eso. Vayámonos
juntos. Únicamente tienes que decirle a la policía que te lo encontraste
muerto.
- No puedo irme sin más. Quien
mató a Alves fue Ramírez. Me obligó a pedirle que lo volviesen a incorporar al
trabajo. Desde que nos casamos me ha hecho la vida imposible, los celos no le
dejan vivir, siempre pensó que había algo entre Alves y yo.
- ¿Y no había nada?, ¿y si había
celos por qué fuiste a pedir nada?
- Nunca ha habido nada entre
Alves y yo, pero me pegó tanto que le dije que sí. Le dije lo que me obligo a
decir, que había conseguido que lo reincorporaran por haber pasado la tarde con
Alves. Lleno de furia y de celos me obligó a que estableciera una nueva cita
con Alves en el tren. Le mandé una nota escrita por mí para encontrarnos en el
compartimento. Y cuando en mi presencia lo mató y simuló el robo, entre sus
pertenencias estaba la nota, que guardó para retenerme con él. Si no consigo la
nota me tendré que ir con Ramírez y no creo que pueda aguantar mucho tiempo a
su lado... Ahora que sé que tú eres el amor de mi vida.
- No te preocupes me tienes a mí.
- Si tuviera Ramírez un
accidente, estaríamos libres... Ahora estará en el bar y saldrá borracho...
Nada de lo dicho está confirmado,
no hay duda de que fue una conversación privada. Pero los hechos posteriores y
sus consecuencias dan verosimilitud a lo expresado anteriormente. Lucio esperó
a Ramírez a la salida del bar. Salió como últimamente lo estaba haciendo,
tambaleándose y dando tumbos de un lado al otro de la acera. Cruzó las vías del
tren para llegar a su casa, detrás de él estaba Lucio con un martillo en la
mano...
Esa misma noche apareció Lucio en
casa de Andrea. Ella se abrazó y lo besó con pasión. Lucio más frio que nunca y
con el desamor en el cuerpo le dijo:
- No lo hice. No lo he matado. No
he podido matarlo. Estaba borracho y allí en el suelo...-.
- ¿Pero tú no has sido soldado,
es que no mataste a nadie en la selva?
- Disparas a distancia a un
hombre armado. No a un borracho. No soy esa clase de hombre.
- Está claro Ramírez es más
hombre que tú. Él es capaz de matar por amor.
- Te he conseguido la nota. Se la
encontré en un bolsillo del pantalón. En ella le dices a Alves que te espere en
su compartimento del tren; y terminas con un "amor mío". Tómala, eres
libre. Si me quedo contigo seré tan culpable de la muerte de Alves como tú y
Ramírez.
Todos al llegar a este punto de
la historia, reflexionan que Lucio eligió entre dos mujeres. Entre dos formas
de amor. Y que supo elegir, entre una pasión volcánica que termina siempre en
cenizas. Y el amor confortable que, no sin trabajo y esfuerzo, se construye
cada día.
El expediente abierto por la
muerte del licenciado Alves en el tren "estrella" se cerró con un
informe policial en el que se dice que Andrea Angélica murió estrangulada por
su marido en el tren que salía hacia la capital. Habría sido archivado como una
cuestión de maltrato machista, pero la nota que se encontró en el bolso de la
mujer relacionó los dos crímenes.
"Deseos humanos" es de 1954 y está dirigida por el maestro Fritz Lang. No se puede decir que la historia de haberse escrito desde otro punto de vista, fuese el mismo relato. De haber elegido a Ramírez, que poseía toda la información sobre el crimen y los motivos que le llevaron a ejecutarlo; aunque los hechos serían los mismos su estructura y el planteamiento obligarían a otro enfoque. Los mismos razonamientos valen para el caso de Andrea Angélica o Felisa, estas dos últimas convertirían el relato como una reflexión sobre el amor. Es Precisamente el punto de vista de Lucio el que da progresión a la historia; creo que la elección de otro protagonista no nos llevaría a la estructura principal del relato, ésta forma es la más próxima a la configuración temática de la película.
ResponderEliminarDebía ir a acompañar a mi mujer al gimnasio donde nuestro nieto de 8 años practica un deporte de defensa personal. Pero me he entretenido con tu entrada que se ha pasado la hora.
ResponderEliminarAhora debo correr pues ya deben venir de vuelta. Gracias.
Muy bien relatado, Carlos... pero demasiados crímenes.
ResponderEliminarSabes que a mí, en particular me gustan los relatos mas sencillos porque los encuentro mas entretenidos...pero
sigue tu línea, que lo haces muy bien
Un abrazo
Leonor
Buen guión para esa obra maestra del cine que fue la película de Fritz Lang. Has sabido descubrir entre las sombras de duda y el climax tenso de la peripecia que desarrolla este guión, el secreto que Lang iba tejiendo con las secuencias y los personajes. Era un maestro de este género que tanto se prodigó allá por la mitad del siglo pasado. Y tú, Carlos, eras y eres un entusiasta de este cine. Por eso has hecho con acierto esta reducción tan lograda de ese argumento complejo y aparentemente misterioso que tanto éxito tuvo en la época dorada del arte cinematográfico. Un abrazo, cinéfilo vocacional.
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