domingo, 23 de febrero de 2014

CUENTOS DE CINE: Dulce pájaro de juventud

13/02/2014                                                                                                           

Dulce pájaro de juventud

Erase un hombre apodado "Hermoso" que habiendo despertado con un beso a la "Bella durmiente", el padre de ella, un maligno "Ogro", se opuso a que se casaran hasta que él no tuviese un reino. Así mismo había un "Hada" que habiéndosele roto la varita mágica había renunciado a recomponerla. Los dos se encontraron en el camino y se contaron sus desdichas, ella le prometió que si le ayudaba le conseguiría un reino, sólo tenía que reparar su varita mágica.


"Hermoso" le puso como único condición que quería ver primero a su madre y a su novia. Ella aceptó a acompañarlo; pero también le puso otra condición, que no dijera a nadie que era un Hada. Habiendo dejado claros estas dos condiciones se fueron al reino del rey "Ogro". Cuando llegaron al reino se hospedaron en una posada. Pero Hermoso no pudo dejar de jactarse, ante sus antiguos amigos, que venía acompañado de una Hada y que ésta le proporcionaría un reino.

Vino a visitarlo el "Alquimista", al cual "Ogro" había prometido a su hija Bella, después de haberla ofrecido a otros reyes, pero siempre "Bella" los había rechazado a todos. El "Alquimista" ahora vivía en palacio, desde que el rey se enteró que se rumoreaba que podía transformar el plomo en oro. El "Alquimista", en recuerdo de una antigua amistad, le dijo:

-Tu madre ha muerto sola, la tuvimos que enterrar con la caridad de los amigos, mientras que tú únicamente te preocupabas por obtener un reino. Tu novia se va a casar conmigo dentro de un mes. Y mi consejo es que te vayas del reino por tu propia voluntad con tu Hada, porque si no Ogro te echará del reino sin contemplaciones-.

El Hermoso, lloró la pena de su madre muerta y le dijo que no renunciaba a Bella. Cuando se fue el "Alquimista" recordó la ingenuidad de su juventud y el beso que despertó a "Bella". También, recordó años ha... cuando Ogro le dijo:

-¿Quieres a mi hija?-.

Hermoso le dijo que sí, y el rey prosiguió:

- Yo también la quiero y puedo ayudarte a que Bella no te vea inferior cuando pierdas tu belleza y tu juventud-.

Hermoso, entre la modestia y el orgullo le dijo que no quería privilegios. El rey en actitud de complacencia le dijo:

-Me gusta tu gesto, porque en esta vida lo único que importa es ser el primero, me gusta ese afán de ser el primero, que sólo se puede lograr con el propio esfuerzo-.

Le dio un zurrón con comida para dos días y una bolsa de monedas, con la recomendación que las cogiera ya que estaba seguro que muy pronto se las devolvería. Y el ingenuo Hermoso corrió joven y confiado a la aventura.

Pero la gloria no vino con la rapidez que esperaba, ningún reino quiso encomendarle sus tropas, los reinos estaban cansados de guerras y agotados de tanto batallar, los hombres volvieron a sus arados, a sus oficios, a sus familias. Recorriendo un reino vio como un maestro de obras estaba construyendo un puente espléndido por lo que todo el mundo lo admiraba. Se puso a trabajar con él, logró su confianza y una vez terminado el puente; con los planos del mismo, se dirigió el reino de "Ogro". El rey no se pudo negar al proyecto por las muchas ventajas que ofrecía. Y Hermoso comenzó las obras y Bella no podía reprimir su alegría de tenerlo otra vez junta a ella. Pero para poder hacer el puente había que construir una pequeña presa que desviara el río durante las obras. Ogro, que no sólo era feo por fuera sino, también por dentro, en su maldad abrió secretamente la presa y se llevó todo el esfuerzo.

Otra vez Hermoso volvió a los caminos solo, encontró algún que otro reino donde una reina viuda reinaba y le prometió muchas riquezas, pero la riqueza no llegaba y aunque aún hermoso, su rostro estaba reflejando los años y la amargura.

Todo esto le contaba al Hada que lo escuchaba conmovida. Ella también le contó su historia. Había sido un Hada a la que admiraban por las maravillas que hacía con su varita mágica, no había deseo que no pudiese conseguir, pero la varita iba perdiendo con el uso sus poderes, la madera se iba secando, como su piel, con los años. Cuando la varita fue inservible se retiró al bosque en busca del árbol de la regeneración. Creyó encontrarlo, cortó una rama e hizo una nueva varita mágica; pero el árbol también había envejecido y los poderes de la varita eran limitados. Los deseos no se cumplían del todo y un día angustiada la rompió y huyó. Así fue como se encontraron.

Hermoso le dijo:

- ¿Entonces tu promesa?-.

- No quería estar sola, pero la varita aún se puede arreglar-.

Entonces Hermoso en su desesperación dijo que iba a palacio, que quería a Bella y no estaba dispuesto a vivir sin ella, que se la llevaría de palacio y conseguiría con la varita de Hada arreglada, un reino para ellos. Hada se reía compasiva de Hermoso:

- ¿Dónde habría un reino que les quisiera albergar?-.

Pero Hermoso no se dejaba amilanar.

- ¡No iba a dejar a Bella con el Ogro!

Hada le dijo los riesgos que representaba enfrentarse a Ogro solo y lo difícil que podía ser sacar a Bella de palacio; que esperase hasta que consiguiese una nueva varita mágica.

Mientras, la noticia de la llegada de Hermoso se había extendido por todo el reino y los lugareños comentaban si no tenía Hermoso más derecho que nadie para casarse con Bella.

- Después de todo había sido él quien la había despertado-. Se decían unos a otros.

Por lo que en palacio, Ogro, que disponía todo como un déspota y tenía como servidores a mentirosos, hipócritas y aduladores, quienes habían propagado por el reino que Ogro era hermoso por dentro, aunque algo bruto por fuera, que era bueno y atendía al reino con amor. Habían urdido con el rey un acto público en el que se decía que Bella no había despertado del todo. Por lo que habían organizado que apareciese Bella dormida y que fuera el Alquimista quien con un beso la despertase definitivamente. Bella se negó en principio a tal patraña, pero Ogro la amenazó con la muerte de Hermoso, si no se avenía.

Estando todo preparado: Bella dormida en una hermosa cama y a su alrededor guardias con sus relucientes armaduras que daban prestancia al acto. A escondidas se iba acercando a la gran cama Hermoso, en esto lo vio Ogro que dándole un fuerte golpe con el cetro le destrozó la cara, diciendo:

- Tendrás que cambiar de nombre ya que nadie te va a mirar la cara con admiración-.

A los gritos de dolor de Hermoso acudió Bella a socorrerle. Y todo el pueblo supo que Ogro era un mentiroso y un hombre cruel. Hermoso no quiso ser rey, ya estaba cansado de buscar reinos, todo el mundo supo que Hermoso -que lo había sido por fuera ahora, también lo era por dentro-. Aunque nadie conoció mejor la hermosura de su esposo que Bella, que siempre estuvo a su lado.

3 comentarios:

  1. CARLOS: ya veo que estás muy trabajador, y publicando cuentos nuevos... pero este cuento, no es el que me leístes por tel...no lo has puesto porque te dije que era demasiado largo????

    A mí no me hagas caso, y sigue en tu línea, porque quizás estoy equivocada.
    Lo único que siento, es que nadie comente y así, nunca sabrás la opinión de los lectores.

    Ves publicando, y ya miraremos de arreglar lo de los comentarios, pues tiene mucha importancia.

    Un abrazo

    Leo... la FIEL COMENTARISTA

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  2. Si Leo, te lo he leído. Pero ya son tantos cuentos que quizás los confundes. Hay otro cuento pendiente de "colgar", no lo hemos puesto para dejar que el lector respire. Creo que lo de los comentarios empieza a ser un problema ya que dejé a Bretones en OMNIA escribiendo un comentario y no lo veo. Un abrazo y a reponerse.

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  3. Hoy he pedido a mis amigos blogueros que visiten nuestro blog, y comenten.
    me han prometido que lo harán, pero no veo ningún comentario.

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